6 de marzo de 2017

The Black Sea / Pshycotic Beats y su musical imaginario


The Black Sea (Log Lady Records, 2017) es el tercer disco de Pshycotic Beats, nombre que nace de un error en la escritura desde la época de MySpace, en el que nos quiere introducir en su propio mundo, particular, diferente y donde hay una mezcla entre tristeza, espectáculo, pop y música de baile. Es el cierre de una trilogía que comenzó con Rexer Flash y Dormihcúm, donde la muerte se convierte en una parte central de su temática y para el que se dedicó en exclusiva a su creación


The Black Sea tiene mucho de teatrero, en el mejor de los sentidos. Y es que ese concepto lo deja claro desde el primer corte que se llama The Beginning of cual introducción a todo el espectáculo que veremos a continuación, como si fuera una voz en off que nos habla antes de subirse el telón.

Cuando nos podríamos esperar que el tempo subiría va y nos llega con un baladón que, irónicamente, se llama The End. El telón ya se ha levantado y aparece él en el escenario, solitario y cantando a cada una de las personas que se encuentran entre el público, casi mimando cada una de las notas que salen por su boca... pero es el momento en el que, dentro de la oscuridad, llega el equipo de baile, todo un grupo y sacan el mejor espectáculo de circo de baile para una pista de baile con una bola de discoteca rota sobre nuestras cabezas. Es el momento en el que llegamos a la trilogía de canciones bailable con Planet Nine a la que le sigue el single From Disco Section to House Foundation, que fue la última canción que llego al álbum y es un pelotazo en toda regla, y Where the night is going.

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La oscuridad vuelve a las melodías, un envoltorio precioso de pop en el que juega Black Moon Falling, una de las canciones más elegantes de todo el álbum. En el escenario la gente que bailaba de forma díscola en las tres canciones anteriores ahora observan desde diversos lugares concentrados y casi hipnotizados por la canción. Algo sucede con Knives, el escenario se vuelve inestable, hay un nerviosismo y todo parece diluirse, desenfocarse hasta deformarse por medio de las melodías de la canción.

Baja hacia al público, desesperado, buscando ayuda mientras canta Surrender, algo indica que ya estamos llegando hacia el final el cual llega con la misteriosa My death is yours y que se convierte en una despedida. Ya no le vemos en el escenario, ha desaparecido, una sombra desde uno de los palcos que se va difuminando sin una despedida...



The Black Sea es un disco que sorprende, suena a como bien podría ser la banda sonora para una especie de renovado The Rocky Horror Picture Show. Tras varias escuchas combina perfectamente esa parte hedonista bailable que se centra en tres temas con el halo de musical que uno se monta en la cabeza al ir desgranando cada una de las 9 canciones. Ojo al disco que es de los que va creciendo poco a poco y lleno de matices para ir descubriendo... y atrapando.

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