4 de marzo de 2013

10 canciones para días con bipolaridad rebosante | na0ta81

Aunque estudió empresariales a na0ta81, tras el que se encuentra Antonio Benítez, lo que realmente le gusta es dibujar ilustraciones, que es a lo que dedica buena parte de su tiempo en la actualidad. Crea nuevos mundos que consiguen llevar a los demás a un lugares fantásticos.

Cuando le propuse hacer una lista temática casi que lo que hizo fue expulsar lo que tenía dentro en estas 10 canciones para días con bipolaridad rebosante. Una historia de lo que puede ser un día cualquiera, en la vida de cualquiera que vaya a leer esta entrada. Podéis además saber más de él leyendo su blog La Ciudad Sin Gente, donde habla de cine, música y de lo que le venga en gana.

Lo que viene a continuación es todo suyo, podéis escuchar las canciones en esta lista de Spotify.

-o-

Nunca he creído mucho en eso de levantarse con mal pie y tal, si tu pie bueno es el derecho ponte un post-it para recordarte con que pie empezar el día, y eso que dicen que sí empiezas mal mejor te acuestas porque solo puede ir a peor... paparruchas. Será por mi bipolaridad inventada pero igual que tengo la habilidad de saltar de un tema de conversación a otro aparentemente sin nada que ver, también puedo pasar por todos los estados de ánimos conocidos en menos de lo que canta un gallo (No se cuanto tarda en cantar un gallo de todas formas). Y un día de lluvia como el de hoy no va a condicionar mi animo, o mis ánimos.



Escucho llover desde mi cama y en mi cabeza no para de sonar “Tokyo – Vampires & Wolves” de TheWombats así que alargas el brazo hasta el Play que empiezas el día a toda prisa, y con una sonrisa, no me ve nadie y no he desayunado cereales con fibra pero siempre se tiene alguien en quien pensar cuando se quiere sonreír y probablemente delante de ese alguien es donde se te queda luego cara de monguer. Tostada en boca y casi una caída por ponerte los pantalones mientras desayunas de píe, comenzamos.



Te dispones a coger el coche y sorpresa, no arranca. Abres el capo como si supieras realmente lo que estas haciendo pero la gente que pasa por al lado se queda impresionada, el día empieza a apuntar maneras a ritmo de “Riot Rythm” de Sleigh Bells así que solo te quedan dos opciones andar como aproximadamente una hora hasta el centro de la ciudad o cogerte un taxi a lo Carrie Bradshaw, solo que tu no trabajas en Vogue y tus tarjetas de crédito no se pagan solas. Todo por llegar a una entrevista de trabajo.


No el trabajo de tus sueños y ni siquiera el trabajo para el que te has formado, aunque la idea de irte del país te agrada siempre piensas en motivos por los que merece la pena intentarlo un poco más, así que bajo la cálida melodía de “Playground Love” de Air piensas en todos esos momentos, todas esas sonrisas, y todas esas caricias que te quedan por dar mientras ves caer las gotas de lluvia por la ventana de un taxi, que por otro lado huele a rayos. Los paseos por la playa, las caminatas nocturnas al salir de los pubs y las confesiones que estas caminatas conllevan, ver crecer a los personitas chicas que te rodean día a día... frenazo que pega el taxi y nuestro momento evasivo-reflexivo se interrumpe.



Ya hemos llegado al centro, afortunadamente ha escampado y esos rayos de sol que caen de manera discontinua hace que todo sea muy color block a lo “Life in Technicolor ii” de Coldplay. Es otra de las muchas cosas que me pueden  hacer sonreír y sinceramente, me da igual hacerlo en medio de esta calle llena de gente y que me miren raro, pero es mucho más divertido caminar de este modo, incluso cuando la gente va corriendo de un lado a otro por miedo a mojarse, señores es solo agua, no ácido.



Y con esa actitud llegas y te plantas a responder preguntas delante de un señor con chaqueta y bien vestido que intenta diseccionar tu vida resumida en dos paginas que te ha costado sudores sintetizar y cuestiona muchas de las decisiones de tu vida y sales de esa sala cabreado, y no puedes evitar querer dar golpes a lo Blood Red Shoes en “I Wish I Was Someone Better” porque en ese momento piensas que has perdido el tiempo en ir a otra entrevista de trabajo que no te lleva a ninguna parte por innumerables razones que no tienen cabida aquí.


Pero recorres metros y metros maldiciendo no haber hecho tal o cual cosa con tu vida hasta que acabas corriendo en la cinta del gimnasio y con las primeras gotas de sudor que van cayendo por tu frente mientras escuchas “Part of Me – Jacques Lu Cont's Thin WhiteDuke Mix” de Katy Perry se va evaporando esa mala leche y ganas de reventar cabezas y vuelves poco a poco a recuperar la fe y el gustillo en quien eres a ritmo acelerado.

Una hora de evasión física y mental después y mientras el resto de los allí presentes se miran en los espejos mientras se levantan la camiseta (A mi eso sigue siendo una de las cosas que me sigue dando vergüenza hacer en publico, llamadme raro) coges la toalla y sacas el móvil de la taquilla y ves ese mensaje de esa persona que te consigue sacar la sonrisa de monguer mas increíblemente adorable que existe y en tu cabeza todo es muy “Your New Cuckoo” de The Cardigans. Y es que por mucho que a veces lo niegue, son esos momentos los que luego te encanta repetir porque a fin de cuentas te hace sentir vivo, te gusta esa sensación y te gusta verte con esa sonrisa en la cara sobre todo cuando te imaginas que la persona al otro lado del teléfono tiene igualmente otra sonrisa.



Y vuelves a salir a la lluvia sin paraguas, y mientras ves caer el agua frente a ti y las hojas arrastradas por el viento en las carreteras vacías de las callejuelas de la ciudad piensas y te reiteras sobre que esta bien sentir esas cosas que dan miedo pronunciar, que no hay nada de malo en poner algo de azúcar en una vida que ya por defecto es bastante salada y si lo dicen Garbage en “Sugar” debe de ser verdad porque Shirley Manson no miente.


Ducha y ratos con la familia después cuando el sol empieza a ocultarse, y la lluvia te da ese cuartelillo que te permite llegar a casa de tu mejor amiga sin mojarte, que nos permita charlar en su sofá (Y qué sofá todo hay que decir) bajo la luz anaranjada que entra por la ventana con vistas al puerto y con un “A-Punk” de Vampire Weekend de banda sonora y así poder reírte de lo absurda que ha resultado esa entrevista de trabajo y de lo tonto que te vuelves con esa persona, de como nos trata la vida, de cuando estamos arriba y cuando estamos abajo y de esa bendita habilidad de reírnos hasta de nuestra sombra, y de cuan genial es tener a alguien para poder decir que el mundo apesta.



Porque de esa forma cuando estas volviendo a casa escuchando “On our way” de Lana Del Rey y  te da igual que haya llovido, o haya tronado, que hayas tenido otra fatídica entrevista de trabajo, te da igual no saber que te vas a encontrar mañana, porque al menos hasta esa hora has reído, has sentido, has querido, te has enrabiado, has disfrutado, te has mojado, y has sabido saborear cada segundo de una vida bien vivida o al menos lo has intentado... bueno casi todo el tiempo. Así que sí, ha llovido y me estoy mojando en el camino, apenas hay gente en la calle, y si los pocos que hay parecen cabreados pero yo estoy sonriendo. La gente puede pensar que es estúpido pero me gusta ser ese tipo de idiota.

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